domingo, 29 de septiembre de 2019

Como si fueras mi perro

Hoy ha sido un día extraño, no tengo mucho tiempo para escribir, pues estoy "trabajando", pero tengo que contar lo que me acaba de pasar.

Estaba en pleno desayuno con mis amigas de trabajo, riéndonos a carcajadas, cuando se hizo el silencio por dos de ellas sentadas delante mía. Al mirar hacia atrás junto a otra amiga, nos dimos cuenta el porqué de ese silencio.

Caminando hacia la mesa se aproximaba mi expareja,  sinceramente no me hizo gracia que me molestara y se presentara así sin avisar. Se acercó a la mesa, y me dijo "Tenemos que hablar Diana". Mis compañeras guardaban un silencio sepulcral. Así ha transcurrido todo...

+ De qué, no tengo nada que hablar ya contigo.
- Te echo de menos, volvamos. -Extendió el brazo y me entregaba un libro de Elisabet Benavent, me encantan sus libros.
+ ¿Crees que te vas a ganar tu perdón por regalarme un libro?, además ese libro ya me lo he leído.
- ¿Y que quieres que haga? no me contestas los mensajes ni llamadas.
+ ¿Qué quiero? que pidas perdón.
- Lo siento Diana, de verdad, perdóname. (soltó de manera automática)
+ Ese perdón no me vale nada.

Se hizo el silencio, mis amigas seguían el hilo de la discusión mirándonos a los dos, en ese momento me puse de pie, junto a mi ex, siendo él mucho más alto y corpulento que yo.

+ Me tienes que pedir perdón de rodillas, aquí, delante de todas ellas.
- ............. (se quedó bloqueado)
+ Vale, si no quieres veté. (me giré y me iba a sentar, cuando me agarró por el brazo)
- Vale, vale...tú ganas Diana.
+ Vale, estoy esperando, y no me toques mientras.

Mi ex, estaba de pie, miraba por todo el local, la gente le estaba mirando, mis amigas en silencio, aunque sé que como buenas zorras estaban esperando que se pusiera de rodillas. Entonces, ese tío de 1'87 y musculado, con tatuajes en su cuerpo clavo una rodilla, luego la otra, me miró sonrojado, y junto sus manos y me pidió perdón. Entonces extendí mi mano agarre su cabeza que me llegaba a mi cadera, y la empuje hacia adelante, obligando que apoyara sus manos en el suelo.

+ Ahora quiero que me pidas perdón.
- Diana.....por favor.
+ Es tu última oportunidad.
- Perdón Diana joder, lo siento mucho, quiero volver contigo.

Todo ello a cuatro patas, delante de todo el local, la gente mirando, mi falda revoleaba como si el viento la desafiara, mis amigas sonreían, incluso una de ellas le brillaban los ojos de placer. Yo notaba como si la electricidad recorriera mi cuerpo en todas direcciones, cargándome de energía, de poder, de soy la puta ama Diana, y tengo a este cerdo a mis pies.

Entonces me acerqué a su cabeza que miraba al suelo, le acaricie la cabeza con mi mano derecha, y le dije "Te has dado cuenta que pareces un perro...mi puto perro". Entonces él levanto la cabeza, esperando mi clemencia...pero no la tuvo. "Levántate, y vete, no me hables, no me escribas, no me mires, olvídate de mí, porque soy libre y tú no vales nada para mí.....vete y ladra perro de mierda"

Mi ex, se levantó se puso de pie, se dio media vuelta y se fue del local humillado, y avergonzado. Conociéndolo le costará dormir durante un tiempo.

Mis amigas me abrazaron, me dijeron de todo "olé tu coño", "que cojones tienes Diana", "creo que he mojado las bragas Diana, no es coña", ese me encantó. Notamos como la gente del local, cerca de 15 personas habían presenciado todo aquello como si fuera una sesión de cine. Fuimos a la barra, le pedimos la cuenta al camarero y dijo "Esto esta ya pagado, tanto lo de las señoritas como lo de la señora", cuando dijo señora me miró, y asentó con la cabeza.

Así que traviesos míos, hoy ha comenzado siendo un gran día. Me siento poderosa, casi una Diosa griega.


Sra. Diana



PD: Me encanta ir en falda.

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